En Visita a El Diario Panguipulli.cl
DOS MADRES JEFAS DE HOGAR CANSADAS DE BUSCAR TRABAJO RELATAN SU PENA Y LA FRUSTRACIÓN DE VIVIR EN LA CESANTÍA

28/03/2012
Una visita a la Redacción de El Diario Panguipulli.cl realizaron dos mujeres que registran domicilio en Panguipulli. El objetivo: pedir tribuna para exteriorizar sus sentimientos de pena y profunda frustración al no poder encontrar trabajo.

Se trata de Marcela López Salgado y Olga Peña Vilchez. Todos los días está presente la angustia y la rabia de no contar con los recursos para hacer su vida en forma normal. Ambas son madres y jefas de hogar.

De paso dejan en evidencia la función de la Oficina Municipal de Intermediación Laboral, la cual en su opinión no estaría cumpliendo el objetivo para lo cual fue creada.

Marcela López Salgado

Para Marcela López Salgado es complicado llevar 3 años y 8 meses como cesante: “Yo postulé para trabajar en el Censo, y por otras personas me enteré que ya llamaron a las personas para trabajar en eso. A mí no me llamaron”, señala.

Agrega que ha estado “en montones de preavisos de trabajo por la OMIL, me anotaban, pero nunca me llamaron”.

Usted ha conversado con la gente de OMIL: ¿Les ha preguntado por qué no la llaman?

Me dicen que depende de Santiago, o que de otros lugares no le dan la respuesta. Pero resulta que yo veo a otras que sí están trabajando.

Por ejemplo; a las personas que trabajan en la calle, arreglando los prados y rosas, yo me anoté para eso, me dijeron que iban a llamar, pero ¡nunca llamaron!

Entonces, cualquier mujer jefa de hogar que lleve un montón de tiempo en la casa es complicado. Yo llevo 3 años y 8 meses cesante, sin poder trabajar en Panguipulli. Para nosotras el tema de la cesantía es algo que rebalsa el vaso. Entonces que sacamos con inscribirnos en la OMIL ¡sí no nos ayudan! En el fondo ¡perdemos el tiempo!

Una vez fui a una reunión en donde pedían 8 mil puntos en la ficha de protección social para ingresar al programa, cuando yo tengo 3 mil puntos. Entonces me fui porque ese requisito no lo tenía, entonces al final ¡uno no le atina nunca!

¿Es verdad que usted postuló a la Feria Hua-Hum pero no tuvo suerte?

Sí, yo postulé con una amiga pero tampoco tuve ningún stand. Entonces veo (en la feria) a la misma gente. Nos dijeron que tendrían preferencia gente que no ha tenido stand los otros años.
Yo hice la postulación, gastamos plata en las fotocopias y en los papeles, ¡y no pasó nada!
Fui a mirar a la muestra y veo que estaba la misma gente de siempre. Ya no tenemos oportunidades, lo digo con toda sinceridad y no tengo miedo en decirlo: ¡es puro pituto!

¿Entonces usted ya no cree en nada?

No, no creo en nada, ya es mucho tiempo. Yo creo que si me hubiese salido algo yo habría dicho que gracias a ese programa yo obtuve esto, pero no hay nada.

En otro punto señala: “Sí, tengo Cuarto Medio, tengo mí currículum con capacitaciones y una serie de reemplazos, entonces eso me da para tener un trabajo. Yo no entiendo qué es lo que piden o que más quieren”.

Olga Peña Vilchez

Olga Peña Vilchez, señala que exteriorizar la pena que siente es como un grito de desahogo, el cual les sale desde el alma: “Siempre hemos andado junto con mí amiga por esto del tema laboral, somos jefas de hogar y por varios años hemos tocado muchas puertas, pero siempre hay trabas.

Uno quiere postular a alguna cosa y nos quedamos con los trámites hechos. Yo tenía muchas esperanzas de poder trabajar en el Censo, escuché en una radio en donde el señor Hiriart (Mauricio) decía que se le iba a dar la prioridad a todas las personas cesantes. Esperé con ilusión el resultado hasta que un día supe que no había quedado.

Entonces, uno ya no sabe que pensar, se supone que la oficina OMIL está para gestionar empleos. Yo pensé que funcionaba así, que llegaba un empresario y la OMIL se contactaba con los privados y le entregaban la nómina con las personas que buscan trabajo.

Por último, para trabajar como auxiliares de aseo en un banco o en una farmacia, no se que pensar, no quiero ser negativa, pero creo que la Oficina OMIL está por estar, es como ocupar un espacio físico.

Hay una clara diferencia cuando una persona se inicia en su etapa laboral versus una jefa de hogar que necesita trabajar porque hay una familia que alimentar: “Exacto, el hecho de que seamos jefas de hogar y tener nuestros hijos relativamente pequeños. Perfectamente puedo decir que me voy a trabajar a Santiago porque los sueldos son mejores ¿pero quien cuida a mí hijo?

Una se encuentra atrapada, siendo que podría ser distinto. Debiera haber en Panguipulli más trabajo. Por ejemplo habemos personas que hacemos manualidades pero no tenemos donde vender nuestro productos, por que eso no está, no existe la oficina o un lugar de comercialización.

Las expresiones vertidas son un grito desahogo, el poder contar parte de sus vida y que alguien les de una oportunidad: “Nosotros lo quisimos hacer, esto está pasado desde hace tiempo, hay muchas señoras no se atreven a decirlo, porque de repente cuando dice estas cosas, te toman mala; no es correcto pero lamentablemente en Panguipulli es así”.

¿Quiere decir que más las mujeres que están por la misma situación?

Sí muchas más y en la misma situación.

¿Ustedes están contando una verdad desconocida por la comunidad?

Si, de todas maneras, así es.

¿Qué les pide a las autoridades?

Que generen puestos de trabajo sobre toda para mujeres, es algo importante para la comuna y para el bienestar de todas nosotras.

<<<Volver